Cuento de los tres castillos

Palabras e Imágenes de Ryan Brunhaver

Madrid es una de las mejores ciudades del mundo para un motociclista. Tenemos clima seco y templado, además estamos rodeados de montañas llenas de curvas con un pavimento de muy buen agarre. Hay muchos paseos increíbles a una hora o dos de la capital que nos proporcionan multitud de opciones para escaparse en dos ruedas por un día o dos.

Cuando alquilas una moto con IMTBIKE siempre estamos encantados de sentarnos contigo y antes de marcharte, marcarte en un mapa nuestras rutas favoritas. Algunos de nosotros hemos nacido aquí, otros nos hemos mudado a España por el entusiasmo de montar en moto, pero todos tenemos algo en común: la pasión de montar en moto que nos encantaría compartir contigo.

España tiene cientos de castillos construidos hace más de 800 años durante la conquista árabe y la católica “Reconquista”. Muchos de ellos fueron construidos por los españoles en España como fortalezas o “Alcázares” (del Árabe Al-Qasar) durante la Reconquista y muchos nunca se destruyeron por lo que a día de hoy están en buen estado.

En el recorrido de hoy se explora la guerra al pasado de España y tres castillos únicos al noroeste de Madrid.

Saliendo de Madrid hacia Segovia monté en carretera sobre las montañas pasando la estación de esquí de Navacerrada. Si nunca has estado en Segovia te recomiendo convertir esta ruta en un viaje de dos días y pasar la noche allí. El acueducto romano, impresionante catedral y el libro de la historia como castillo son tres razones principales para pasar la tarde explorando, por no hablar de la comida, que es excelente y su gran variedad de hoteles.

Di la vuelta alrededor de Segovia hacia el sur y a continuación tomé la CL-605 en dirección noroeste a través de la ciudad de Nivea y luego continué un poco más a mi primer destino para el día, Coca. En este pequeño pueblo se encuentra un castillo único, construido en estilo gótico-mudéjar con torretas hexagonales, se construyó en la cima de una fortaleza mayor en el año 1453.

Puedes visitar este Castillo y todas sus habitaciones y halls principales donde se dice que había pasadizos secretos que están cerrados al público. Son túneles bajo tierra que llevan a las 7 iglesias de Coca.

Curiosamente, en 1954 la propiedad del castillo fue transferida al Ministerio de Agricultura para establecer una Escuela de Capacitación Forestal. Yo no sé vosotros, pero…¡no me importaría asistir a clase en un castillo del siglo 15!

Dejando Coca atrás, continué por la tranquila y preciosa SG-332 y después la SG-222 hacia Turégano. En este tramo  específico pasé enormes campos de girasoles y pueblos típicos de Castilla típicos de Castilla y León.

La región de Castilla y León es sin duda la más tradicionalmente española de las 17 regiones o «Comunidades Autónomas» de España. En ella se puede encontrar perfectamente conservados, pueblos medievales con casas de madera, extensas llanuras, altas montañas, legendarias ciudades como Salamanca y Ávila y abundantes platos de carne a la parrilla acompañada de una deliciosa copa de vino tinto con mucho cuerpo. Cuanto más exploro España más me fascina Castilla y León. Andalucía tiene su flamenco, Catalunya tiene los Pirineos, el Mediterráneo Valencia y Galicia tiene sus verdes colinas y famosa peregrinación, pero Castilla y León vive y respira como verdadero corazón y alma de España. La mejor parte es que no está del todo descubierto y está lleno de joyas escondidas. Gran parte de ella todavía se siente congelada en el tiempo. Hoy sólo estoy montando una pequeña parte de ella, pero sé que cuando termina el día voy a sentir la necesidad de volver pronto y cavar más profundo.

En Turégano me encontré con la Torre número dos del día, un castillo/iglesia del siglo 15 vigilando la ciudad. En la foto de abajo se puede ver el campanario de la iglesia y la forma en la que se integró a la torre del castillo de la derecha. La iglesia, el campanario y la torre del castillo fueron construidos en diferentes períodos y si miras de cerca se puede ver la diferente forma en que las rocas se cortaron y se construyeron.

Al igual que el castillo de Coca, éste fue construido en la cima de una fortaleza mayor y todavía se pueden ver las ruinas de una «cortina» exterior de origen islámico.

Paseé por los jardines del castillo y estuve admirando su historia al tratar de imaginar cómo hubiera sido en su día. Sabía que no tendría tiempo para una visita apropiada para cada castillo con lo que tomé algunas fotos y decidí seguir mi camino.

El camino hasta el castillo era convenientemente el mismo camino que yo quería llevar a Pedraza de la Sierra y el castillo final del día. Hay algunos caminos que te llevarán allí y en España siempre hay muchos caminos interesantes que te llevan al mismo lugar. Recomiendo que seas aventurero en tu planificación de rutas desde España, ya que es un país muy seguro y con la enorme red de grandes carreteras puedes encontrarte lejos de la ruta marcada con relativamente poco esfuerzo. La proximidad de las colinas y montañas al sur que conducen a Pedraza eran mucho más curvas de lo que había visto en los últimos kilómetros, cosa que disfruté enormemente dando vueltas por el campo acompañado por la luz brillante del sol español.

Al acercarse a la localidad de Pedraza, el imponente castillo me alertó de su presencia mucho antes de que viera ninguna señalización.

Paré en la entrada para admirar la grandeza de su puerta. Una vez entré me di cuenta de que había encontrado otra joya. Las calles, gastadas con el tiempo se mezclan perfectamente con la piedra marrón de las viviendas de la zona por lo que es difícil determinar donde acaban los adoquines y empiezan las casas. Toda la ciudad está construida con piedra preciosa y la ausencia de nuevos edificios dentro de las paredes de la ciudad te transporta en el tiempo en cuanto llegas.

Seguí montando hacia la parte más alta de la ciudad y el castillo del siglo XV que fue construido en la cima de una fortaleza del siglo anterior. Está construido justo en el borde de un acantilado en el punto más alto de la ciudad, se encuentra en la cima de una colina. El puente levadizo, hoy en ruinas, se hizo como sistema de defensa, esta habría sido la única forma de entrar

Dar un paseo por la ciudad no podría ser más encantador, pasar por sus largas sombras y el aire caliente en el atardecer. Es el lugar perfecto para una buena comida o, en mi caso, una merienda y un café.

Finalmente decidí que era hora de salir de la ciudad, pude ver el camino de nuevo hacia la Sierra de Guadarrama. La sierra de Guadarrama forma una frontera natural entre Castilla y León y la Comunidad de Madrid y fue mi próxima conquista geográfica del día.

En Pedraza puse rumbo hacia Galindez y luego sobre el Puerto de Navafría. Este es un pequeño paso de la montaña rodeada de un pinar espeso. Rara vez hay tráfico, pero el camino está a menudo lleno de agujas de pino y si hay humedad que puede ser tan resbaladiza como el hielo, así que siempre tomo con calma en este camino. Una vez que llegué a Rascafría Tenía dos opciones. El resto de mi ruta prevista paralela a la autopista A-1 20 kilómetros al este me da la opción de tomar el camino más rápido de vuelta a Madrid cuando quiera.

Elegí, en lugar de vincular un mayor paso de montaña con una serie de caminos más pequeños para volver a Madrid, la ruta escénica.

De Lozoya, me dirigí al sur de Rascafría y luego hacia arriba y sobre el Puerto de la Morcuera a Miraflores de la Sierra. Este es un camino excelente pero estrecho que comienza subiendo a través de un bonito bosque y a continuación en un paisaje árido y rocoso, para llegar a la cima a 1800 metros. Las vistas desde la cima son impresionantes y en un día claro se pueden ver las “cuatro torres”,  sólo los rascacielos de Madrid y el aspecto más definitorio de su horizonte de lo contrario bajas.

De Miraflores ya nos dirigimos a Soto del Real y Colmenar Viejo, donde la carretera se convierte en una autopista de cuatro carriles para el último tramo de vuelta a Madrid. Si te quedas en esta carretera y buscas señales para «Paseo de la Castellana» te llevará directamente a la parte norte de la ciudad más allá de las «Cuatro Torres» para lo que es, en mi opinión, la entrada más impresionante de la ciudad. El paseo de la Castellana es una avenida larga y ancha que recorre la ciudad desde el norte hasta el final del centro histórico, la Plaza de Cibeles, el Museo del Prado y de la estación de tren de Atocha.

Toda la ruta para el día será de unos 350 kilómetros dependiendo de qué carreteras utilices pero recomiendo comenzar temprano para que puedas mantener un ritmo, disfrutar de las vistas a lo largo del camino y hacer una parada en una pequeña ciudad para una comida relajante. Como siempre, ¡lo importante del paseo es que sea seguro y divertido!

Ryan Brunhaver

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Ryan Brunhaver

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